Ciudad de México.- En esta ceremonia tan entrañable para nosotros ratificamos nuestra voluntad de seguir fortaleciendo la relación con el Gobierno de la República y reiteramos nuestro apoyo a toda política a favor del pueblo y de los trabajadores de la educación, señaló Alfonso Cepeda Salas, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) durante la celebración del Día del Maestro.
Hoy es un 15 de mayo muy especial, es el primero que celebramos con la Primera Presidenta de México, cuyo gobierno tiene el más amplio apoyo popular y el más amplio respaldo del magisterio.
Gracias a las maestras y los maestros de todos los niveles educativos de todas las regiones, pueblos, barrios y colonias. Gracias por su vocación, su solidaridad y entrega cotidiana. Gracias por hacer posible a lo largo y ancho del país cada día el derecho humano a la educación.
Cepeda Salas reconoció al Gobierno de la República, a los Poderes de la Unión, a los gobiernos estatales y municipales, por honrar al magisterio, por apoyarlo en sus tareas y sus demandas.
A las madres y padres de familia. Muy especialmente a todas y todos nuestros estudiantes, niñas, niños y jóvenes que honran a sus maestros aprendiendo, enriqueciendo su formación, persiguiendo sus sueños.
Recordó cuándo se instituyó el Día del Maestro, hace ya más de 100 años, México estaba apenas saliendo de su Revolución, de su tercera Transformación, iniciaba la reconstrucción nacional y se sentaban las bases del Estado mexicano.
No fue casual que se emitiera justo en aquel momento el decreto de reconocimiento y homenaje a las maestras y los maestros, convocándoles de esa manera a desempeñar un papel central en la construcción de la nueva etapa nacional que estaba iniciando; maestras y maestros que habían heredado los principios liberales de la Reforma del siglo XIX, la segunda gran Transformación del país.
Y habían participado en la Revolución abanderando sus ideales de justicia, libertad y progreso. Portadores de esos principios e ideales, se asumieron desde entonces cómo servidores del pueblo y aliados del Estado.
Estado y magisterio, convergieron para hacer de las escuelas públicas el lugar estratégico para la relación entre la sociedad y sus instituciones; y en muy buena medida, a partir del trabajo magisterial, en el principal espacio para el desarrollo de las comunidades.
Claudia Sheinbaum reconoce el valor de la educación y la escuela pública
Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, éste día, además de reconocer al magisterio, se reconoce el valor de la educación y la escuela pública, que son la principal plataforma para promover el desarrollo nacional. Por eso, reafirmamos nuestro compromiso con su defensa y su fortalecimiento permanente; con su gobierno, la escuela pública y el magisterio vuelven a ser centrales en una nueva etapa de la historia nacional.
Lo decimos con orgullo: Apoyamos el Segundo Piso de la Cuarta Transformación que impulsa un gobierno que reconoce nuestra labor, que ve a las maestras y maestros cómo protagonistas esenciales de dicha transformación.
Nuestra alianza con el Estado mexicano y su gobierno está basada en principios, la educación y los servicios educativos como un derecho humano, la escuela como espacio de igualdad, la defensa de la educación pública en bien del pueblo, el respeto a los derechos de los trabajadores de la educación.
Compartimos igualmente la visión sobre la educación como el medio más importante para apoyar el progreso económico y el desarrollo social, político, científico, económico, tecnológico y cultural de nuestro país.
El gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum es un gobierno que dialoga, que escucha, que respeta los derechos del magisterio y que entiende que solo con maestras y maestros socialmente valorados, vinculados al pueblo y respaldados por su gobierno es posible una Nueva Escuela Mexicana.
Por nuestra parte, impulsamos una educación inspirada en el Humanismo Mexicano, comprometida con los objetivos de la República Educadora y Científica que promueve su gobierno.
Queremos reconocer, igualmente, los esfuerzos que realiza su gobierno para mejorar las condiciones de vida y profesionales de las trabajadoras y trabajadores de la educación.
En el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación la pluralidad de ideas y la democracia sindical son valores que ejercemos de manera permanente. La unidad sindical es un principio irreductible, nos cohesiona la representación de la base trabajadora para la defensa y reivindicación de sus derechos e intereses de clase.
SNTE cree en el diálogo estratégico, no en la confrontación
Luchamos, claro, por mejores condiciones de vida, por más y mejores prestaciones económicas, de salud y de seguridad social, de actualización y superación profesional, pero luchamos también por el bienestar y el progreso del pueblo, por la educación de todas y todos los mexicanos. Trascendemos la representación laboral para participar en la consolidación de un proyecto nacional popular, con un claro sentido de justicia a favor de los que menos tienen.
Como parte de nuestra pluralidad, hay dentro del Sindicato expresiones que, desde la urgencia o la presión, proponen caminos distintos a los que nuestras bases nos señalaron en la consulta nacional para conformar el pliego nacional de demandas que entregamos, el 4 de febrero, al maestro Mario Delgado Carrillo.
A las compañeras y compañeros que impulsan medidas como el paro de labores, les decimos, con respeto, pero con firmeza: Entendemos su indignación, coincidimos con sus demandas, pero no compartimos sus métodos de lucha, ¿por qué?, porque afectar a nuestros estudiantes, más que una medida de presión sobre el gobierno, es más una herida a nuestras comunidades educativas.
Nosotros creemos en la fuerza de la organización, no en la imposición; creemos en el diálogo estratégico, no en la confrontación. Cuando negociamos no claudicamos, transformamos.
Cada conquista en la mesa de diálogo, desde aumentos salariales y en prestaciones, desde condiciones laborales como la basificación, hasta el retiro de la iniciativa de reforma del ISSSTE son prueba de ello.
Este Sindicato se construyó con pluralidad y unidad. Las diferencias no deben dividirnos, sino hacernos mejores.
Queridas maestras y maestros que hoy reciben las medallas “Rafael Ramírez” e “Ignacio Manuel Altamirano” por alcanzar 30, 40 y más años de servicio:
En nombre de su Sindicato, les expreso nuestra más sentida felicitación y nuestra admiración más grande por su amor a México, por su entrega incondicional a la educación, por haberle dado lo mejor de ustedes a cada generación de estudiantes que han pasado por sus aulas.
Todas y todos ustedes han enaltecido la tarea de educar. Ustedes son, sin duda, parte de lo mejor que tiene nuestro país; son orgullo de sus familias, de sus estudiantes y de su Sindicato, desde luego.
Ustedes son ejemplo del trabajo patriótico del magisterio, han participado en la formación de profesionistas, médicos, enfermeras, ingenieros, directivos, abogados, científicas y maestras, trabajadores del campo y de la ciudad. Y si eso no fuera suficiente, además, ayudaron a construir el país moderno y democrático que somos ahora.