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José Manuel Valenzuela analiza los elementos significativos de los corridos tumbados

Inclusión Social
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Las mujeres también han ido tomando la escena de los corridos tumbados

Por Reyes Gamez

Monterrey, México (Agencia de Noticias 3er Sector).- José Manuel Valenzuela Arce, Premio Nacional de Arte y Literatura 2023 en el campo de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía, y autor del libro Corridos Tumbados. Bélicos ya somos, bélicos morimos (Ned Ediciones) señaló que hay varios elementos significativos, que coinciden entre la narcocultura y los corridos tumbados, pero el más relevante es la idea de tener una vida al límite.

Mencionó que los elementos que aparecen son el consumo y trasiego de drogas, la acumulación de poder y riquezas, pero el investigador subrayó que el elemento que logra que los corridos tumbados conectan con los jóvenes, es que aspiran a “el presentismo intenso, que implica un desdibujamiento del horizonte del futuro y un vivir en el presente bajo el código de tener, no del ser, pero esto este se va a volver aún más intenso, porque los corridos tumbados surgen en el marco de la pandemia. Entonces tú tienes a millones de jóvenes en el mundo encerrados en sus casas, deseando salir, con la hormona a todo lo que da, con el deseo pues de vivir, con toda justicia y legitimidad, y al mismo tiempo tienes esta exposición a narrativas extremas en lo lúdico narrativas ahora sí en esta condición al límite de bebidas, de drogas, de mujeres, de fiesta todo lo que da, por supuesto que resulta fascinante”.

Valenzuela consideró que el éxito de los cantantes de corridos tumbados, es que son cantantes jóvenes que “venían de los sectores bajos y medio bajos del noroeste mexicano y algunos de aquí del área de California, encontraron en los resquicios del sistema una opción para generar esa acumulación y niveles de vida del dispendio que publicita, digamos el sistema neoliberal, al mismo tiempo que expropia, que excluye, que proscribe a la gran mayoría de la población de la posibilidad de acceder a esos consumos”.

Agregó que los corridos tumbados han alcanzado a ser escuchados de manera global, debido a “la articulación, la fusión, de lo que sería el género mismo del corrido y sus distintas expresiones, pues el rap y el trap lo coloca en otras plataformas, el tema mismo de la plataforma es lo que da esa condición global a los corridos tumbados”.

El investigador añadió que no hay nuevo género de corrido, recordó que desde “los años 70, el tema del narcotráfico tiene un papel importante, en la vida social es y las historias que emergen de sus entramados son visibles, sus dolientes, es una violencia que se despliega y que la gente pues trata de entenderla o por lo menos que genera una condición ominosa de expropiación de los campos de tranquilidad para mucha gente, y es ahí donde emerge todo esto que hemos llamado la narcocultura, que tiene que ver básicamente con la incorporación del narcotráfico en la producción de sentidos y significados de vida y de muerte en amplios sectores de nuestra sociedad, sobre todo jóvenes”.

“Ahí hay una transición con Los Tigres del Norte cantando con narrativas metafóricas al estilo de los Pinos me dan su sombra, mi rancho pacas de kilo, para explicar la relación del poder presidencial con el narcotráfico, pero que generan rápido esta condición reconocible, entonces los corridos tumbados no es un género distinto, es la misma historia del corrido cabalgando desde la segunda mitad del siglo 19, contando los grandes eventos que convocan el interés de la sociedad. Después el narcotráfico, sigue siendo cada vez más visible y en los 90 aparecen los corridos perrones y Los Tucanes de Tijuana, digamos que serían los principales exponentes de esa forma de cantar a lo que está ocurriendo, con una condición ya más explícita de la presencia y la narrativa”, dijo Valenzuela.

Subrayó que en el siglo XXI, aparecen los corridos enfermos, sondeados o alterados, "se convierten ya en una cuestión muy directa, Sanguinarios del M1 es el corrido emblema, donde cantan figuras como el Komander,  Los Buchones de Culiacán, Los Primos y varios más”, para posteriormente aparecer los corridos tumbados que “el tema principal para mí, es que desde ese presentismo que estamos observando en amplios sectores de la población, pues para los jóvenes es muy atractivo, pero hay que entender que desde este marco de un presentismo articulado, - aunque no todos los presentimos están vinculados con el tema del narcotráfico, en algunos es el consumo, básicamente este consumo intenso, en otros casos es el suicidio, en otros casos es un forma de vida de riesgo-, pero lo que si hay que entender es el presentismo intenso articulado con estos entramados del narcomundo, ya que efectivamente la muerte y el riesgo están inscritas con letras grandes en el contrato, ellos saben lo que implica”.

En algunos de sectores de la sociedad creen que el prohibir la difusión de estos corridos sería la solución para evitar que los jóvenes se involucren en actividades delictivas, pero el investigador mencionó que en la segunda edición del libro que está por salir, él añadió un posttacio que “se llama El realismo trágico y la incómoda conciencia, parecería que hay sectores de la sociedad que efectivamente su única propuesta es ilegalizar y prohibir", aunque el "prohibicionismo nunca ha sido eficaz, podemos recordar que la prohibición en el tema de los llamados narcocorridos, inicia desde los años 80 del siglo pasado, cuando la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión prohibió que se tocarán o cantarán o se vieran en radio y televisión, entonces desde entonces están prohibidos en realidad, pero digamos que esta idea de de la prohibición que está siempre presente en estos sectores, pues siempre ha sido absolutamente inútil”.

Añadió que ese tipo de control siempre se ha querido hacer con las expresiones populares, porque un sector de clase media y alta “siguen pensando a los sectores populares como menores de edad, como personas incapaces de discernimiento y si esto se vincula con la juventud, obviamente se articulan los dos grandes ejes para pensar desde una perspectiva digamos clasista y adultocéntrica”, las estrategias de la prohibición.

Agregó que el que un joven escuche un corrido tumbado no hará que quiera meterse al narcotráfico, sino lo que "se observa es que “parecería que mientras los jóvenes fueran silenciosos en los barrios, pues no pasa nada, pero el hecho que exhiban y que narren los contextos de vida donde ellos crecen y que incorporen figuras que tienen historias similares a las suyas y que las hagan de forma explícita, pues es parte de esa conciencia incómoda, donde más que transformar esa realidad y garantizar proyectos viables y vivibles de vida para millones de jóvenes en América Latina, lo que hace es simplemente tratar de prohibir, callar. Ustedes sigan muriendo calladitos, pero por favor no canten y menos de esta manera como lo hacen, este tipo de de canciones o mencionan a este tipo de personajes como si no existieran, cuando los jóvenes crecieron en barrios, crecieron en pueblos, crecieron en contextos donde por supuesto esos personajes han tenido mayor cercanía con ellos que gran parte de los sectores de la clase política o de los empresarios. Entonces encontramos estos resquicios como el que han encontrado estos jóvenes en los corridos tumbados, exhibir el acceso hedonista a las formas de consumo publicitadas por el capitalismo neoliberal y creo que parte de eso es el problema que inquieta o es parte de lo que define la conciencia incómoda en amplios sectores de clase media y alta”.

Valenzuela mencionó que ante esto, es necesario que se presenten propuestas que permitan la “construcción de proyectos viables para millones de jóvenes en América Latina que se la están jugando, necesitamos transformar esas condiciones subjetivas de vida, que se construyan nuevos entramados de significación de la vida y que los jóvenes puedan apostar por eso y no por el riesgo, no por la los entramados tapizados de violencia y de muerte que se encuentran asociados al narcomundo y a los sectores vinculados con esto, porque el narcotráfico y hace muchos años lo digo, su poder no está en las armas de fuego, sino en la complicidad, en las redes de complicidad y en los entramados de impunidad que construyen con personajes que se encuentran dentro de las instituciones".

Enfatizó que "el tema está en trabajar los entramados que generan la precarización de la vida, para no llegar a estos niveles (de violencia al que entran los jóvenes) y creo que por ahí va el planteamiento, donde lo que tenemos que trabajar es en la transformación de las condiciones de vida, en evitar estas condiciones límite de precarización de la vida, precarización económica, subjetiva, simbólica, la precarización digamos ciudadana de las y los jóvenes, y eso es lo que tenemos que transformar. La prohibición de las representaciones no cambia lo que estamos viviendo, entonces yo creo que tenemos que preocuparnos más por avanzar en esto y transformar las condiciones estructurales de vida de estos jóvenes”.

La vida de un joven en la frontera también se aborda en los corridos tumbados, las letras refieren la vida de los jóvenes de origen mexicano que en las ciudades de los Estados Unidos al ingresar al narcotráfico pudieron destacar, el investigador señaló que en las canciones  se encuentra la exaltación de que “ahora que entre a el narco, ahora soy jefe y hasta mejor me tratan, si tú no lo ves fríamente, es básicamente la exaltación de los códigos del consumo capitalista, llevados al límite por estos jóvenes que efectivamente meses antes ni siquiera imaginaban que iban a acceder a estas formas de vida”.

Las mujeres también han ido tomando la escena de los corridos tumbados, sobre esto, Valenzuela dijo que las cantantes redefinen varios de los códigos, ya que sus letras hablan del  “tema del barrio, más desde lo que fueron sus condiciones de vida, las de su padre, las de su madre, yo no veo esa condición de decir ya y yo soy bien fregona,  más que todo tiene que ver con una reflexividad donde ellas colocan justamente sus propias narrativas en relación con lo que es la impronta, la experiencia y la vida del barrio”.